lunes, 9 de enero de 2012

PETIRROJO

Una de las primeras fotos hechas con digiscoping
Bueno, tampoco es que sea una joya endémica de la Sierra... ni un animal difícil de ver. Pero este pajarillo, tan conocido, es de los que más lata me ha dado en proporción al descaro que tiene. Llevo muchos años intentando conseguir una foto decente, ya que es fácil verlo sobre un poste en un camino a apenas 1-2 metros de la gente que pasa. O incluso suele entrar en construcciones aunque haya gente presente. Recuerdo que una vez, de pequeño tuve que sacar uno de mi casa en el campo. Al cogerlo, mi padre me dijo que lo soltase, y que se llamaba "tontito". La verdad es que con lo descarado que es, luego es ágil. Así que aunque sea tontito, no creo que sea presa fácil de muchos depredadores.
Fotograma de vídeo de petirrojo cantando
Desde que tuve cámara digital, pensaba que sería de los primeros pájaros en fotografiar. Con eso de que está a mano. Pensaba que sería fácil sentarme en una piedra en mitad del campo, y como habían hecho otras veces, llegaría para posarse cerca a mirarme, dándome tiempo a fotografiarlo. Pero la cosa es que no recuerdo que ocurriese ese momento. Luego ya a medida que decidí que tenía que tener un archivo de especies en mi ordenador, y empecé a echarle tiempo a esto de la fotografía de fauna, el petirrojo parecía que no me daría mucho la lata. Pero la cosa es que yo ya recordaba que tampoco sería tan fácil. Y cómo no, conseguí fotos de otras muchas aves antes que algunas pobre de las de petirrojo.
Fotografía realizada desde hide


Cuando empecé a tener tecnología más avanzada, conseguí fotos y vídeos. Algunos a través de digiscoping, otros de fototrampeo, y con la cámara que actualmente tengo, una super-zoom, empecé a poder "acercarme" más. A eso se le unía que me anticipaba a los movimientos del ave por la experiencia, que te hace precedir los posaderos más probables. También aprendí que los movimientos bruscos o amplios con la cámara hay que hacerlos en el momento que echa/para de volar, cuando se arrasca la cabeza, o justo cuando estoy en el ángulo muerto de su cabeza. La cuestión es que de la habituación entre ave y persona, acaba habiendo confianza suficiente como para permitirme echar la foto que durante tantos años había buscado. No es perfecta, pero me gusta. Al fin y al cabo, no soy fotógrafo profesional. Es una mera foto de un petirrojo, para por si alguna vez me hace falta. La cuestión es que su confianza me ha permitido ver cómo se comportan, lo descarados que son, sus peleas, sus vuelos siguiéndose... Hay un comportamiento que he observado varias veces en los charcos donde beben o en los suelos donde se alimentan. Normalmente, cuando hay uno en el suelo, y otro va a pasar por encima volando, el que va volando de repente baja el vuelo en picado hacia el otro, al mismo tiempo que el del suelo levanta el vuelo, marchándose ambos a toda velocidad entre los árboles, siendo imposible diferenciar quién persigue a quién, y cuál de los dos ha provocado la persecución. Todo esto a la velocidad de las aves de este tamaño, que traducido significa que apenas lo que se distingue son proyectiles pardos en vuelo ascendente y zigzagueando. Creo que es de las aves con un comportamiento sociable (o anti-sociable) más fácil de ver.

1 comentario:

  1. es curioso cómo a veces los animales más fáciles son los más complejos de sacar bien, por el contrario también hay aves que me parecen tremendamente agradecidas con el fotógrafo, por ejemplo la tarabilla o el mochuelo.
    Sigue dándole forma al blog que te está quedando muy chulo.

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